lunes, 19 de octubre de 2015

UNA HISTORIA CONMOVEDORA


 

 

UNA HISTORIA  CONMOVEDORA


 

Hubo una vez, hace un millón de años, un joven niño que se llamaba Tiik. Es bajito, listo y está triste.

 

Vive en una cueva cerca de un gran río y, enfrente, un inmenso bosque.

Tiik tenía entusiasmo por ir a cazar pero no podía hasta hacerse más mayor. Así, cuando se hizo más mayor fue a cazar y, cuando vio un ciervo, se dispuso a cazarlo, pero tropezó y casi cae a un barranco, pero el ciervo le agarró de su ropa (una piel de leopardo) y... le salvó la vida así que se hicieron amigos, pero no podía llevarlo a la cueva porque su padre lo encontraría y lo mataría. Entonces a Tiik se le ocurrió una brillantísima idea:

       -Volveré mañana para estar contigo.-dijo Tiik el ciervo asintió con la cabeza.

 

       A la mañana siguiente, como dijo Tiik, volvió y al ver al ciervo beber agua en el río le saludó:

       -Hola

       -El ciervo se giró y corrió hacia él y estuvieron todo el día jugando.

 

       Al volver a casa Tiik vio hacer las maletas a sus padres y la razón era que se mudaba a otra cueva a vivir.

       -¡Qué!- chilló Tiik.

       -No puedo irme.

      

¿Por qué?, hace un mes estabas encantado de que nos fuéramos.- dijo su madre.

       -Y no podemos  quedarnos aquí porque a ti te apetezca.- contestó luego su padre...

       -Pero...

       -Nada de peros nos vamos y punto.

       Tiik muy abatido fue a despedirse de su amigo el ciervo y cuando le encontró descubrió como llevárselo  sin que sus padres lo descubrieran pero se dieron cuenta justo al momento.

       -¿Qué es esto? Si un ciervo entra en una cueva ha de ser muerto.

       -Pero es mi amigo.

       -Tus amigos están ahí fuera jugando son niños no animales. Y ahora vete a tu roca y piensa en lo que has hecho.

 

       Tiik vio como lo echaban y estuvo llorando toda la noche, mientras su padre reflexionaba sobre lo que había hecho.

 

       A la mañana siguiente su padre decidió quedarse al ciervo y, como la madre aceptó Tiik se alegró y como el ciervo era tan bueno nunca abandono a Tiik.

 

 Pablo Ramírez Romero
FIN

martes, 13 de octubre de 2015