UNA HISTORIA CONMOVEDORA
Hubo una vez, hace un
millón de años, un joven niño que se llamaba Tiik. Es bajito, listo y está triste.
Vive en una cueva cerca
de un gran río y, enfrente, un inmenso bosque.
Tiik tenía entusiasmo
por ir a cazar pero no podía hasta hacerse más mayor. Así, cuando se hizo más
mayor fue a cazar y, cuando vio un ciervo, se dispuso a cazarlo, pero tropezó y
casi cae a un barranco, pero el ciervo le agarró de su ropa (una piel de
leopardo) y... le salvó la vida así que se hicieron amigos, pero no podía
llevarlo a la cueva porque su padre lo encontraría y lo mataría. Entonces a
Tiik se le ocurrió una brillantísima idea:
-Volveré mañana para estar contigo.-dijo Tiik el ciervo
asintió con la cabeza.
A la mañana siguiente, como dijo Tiik, volvió y al ver al
ciervo beber agua en el río le saludó:
-Hola
-El ciervo se giró y corrió hacia él y estuvieron todo el día
jugando.
Al volver a casa Tiik vio hacer las maletas a sus padres y la
razón era que se mudaba a otra cueva a vivir.
-¡Qué!- chilló Tiik.
-No puedo irme.
¿Por qué?, hace un mes
estabas encantado de que nos fuéramos.- dijo su madre.
-Y
no podemos quedarnos aquí porque a ti te
apetezca.- contestó luego su padre...
-Pero...
-Nada de peros nos vamos y punto.
Tiik muy abatido fue a despedirse de su amigo el ciervo y
cuando le encontró descubrió como llevárselo
sin que sus padres lo descubrieran pero se dieron cuenta justo al
momento.
-¿Qué
es esto? Si un ciervo entra en una cueva ha de ser muerto.
-Pero es mi amigo.
-Tus amigos están ahí fuera jugando son niños no animales. Y
ahora vete a tu roca y piensa en lo que has hecho.
Tiik vio como lo echaban y estuvo llorando toda la noche,
mientras su padre reflexionaba sobre lo que había hecho.
A la mañana siguiente su padre decidió
quedarse al ciervo y, como la madre aceptó Tiik se alegró y como el ciervo era
tan bueno nunca abandono a Tiik.
FIN